Extraído de http://www.meditacionzencordoba.com/el-metodo/


La Postura para Meditar

Sentados en el medio del zafu (almohadón redondo), se cruzan las piernas en la posición de loto, medio loto o cuarto de loto. La columna vertebral bien derecha, el mentón entrado y la nuca estirada, la nariz en la misma línea vertical que el ombligo, se empuja la tierra con las rodillas y el cielo con la cabeza.
Se pone la mano izquierda dentro de la mano derecha, las palmas hacia el cielo, los pulgares se tocan, formando una línea derecha. Las manos descansan, los cantos en contacto con el abdomen. Los hombros están relajados. La punta de la lengua toca el paladar. Los labios cerrados. La vista en 45º está puesta aproximadamente a un metro de distancia en el suelo sin mirar nada en particular. Si se tiene mucha dificultad también se puede practicar sentado en una silla.

La Respiración durante la Meditación

La respiración zen (de tipo abdominal) solamente puede surgir de una postura correcta e inmóvil aún en una silla o en la cama. Antes de todo se trata de establecer un ritmo lento, fuerte y natural, basado en una expiración suave, larga y profunda. El aire se expulsa lentamente y silenciosamente por la nariz, mientras que la presión debido a la expiración, baja con fuerza al vientre. Al final de la expiración, la inspiración se hace naturalmente. Nos concentramos en la exhalación una y otra vez.

Nuestra Atención o Concentración Mental durante la Meditación

Sentados en zazen (en el almohadón o una silla), dejamos que las imágenes, los pensamientos, las construcciones mentales (cogniciones) pasen como nubes por el cielo – sin oponerse ni aferrarse a ellos. Como los reflejos en un espejo, los pensamientos pasan y terminan por desvanecerse. Nos quedamos sin pensamiento, concentrados en la columna de aire que sale por las fosas nasales en la exhalación. Más allá del no pensamiento. Esa actitud de espíritu surge naturalmente de una concentración profunda en la postura y la respiración, y permite así controlar/sin controlar la actividad mental. En efecto la corteza cerebral (sede del pensamiento consciente) descansa durante zazen. Esta actividad da la impresión de bienestar, serenidad, calma y liberación estando totalmente despiertos.

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