Escrito por Antonio García Martínez* Shotokai Madrid
(Artículo publicado en la revista Cinturón Negro, edición española)

Es imprescindible distinguir tres etapas en la evolución del Karate. Una primera etapa cuando este arte marcial se circunscribe a la isla de Okinawa (Naha-Te, Shuri-Te y Tomari-Te) donde se entendía el Okinawa-Te como un Budo, debido a una confluencia de valores socio-culturales con métodos de combate que fueron desarrollados en esta isla bajo la influencia preferentemente china, con unos métodos de lucha basados en el Kung-fu.

En Okinawa, el Okinawa-Te no poseía el carácter masivo que más tarde adquiriría, centrándose exclusivamente en la educación escolar. La idea que en este momento se tenía del entenamiento del Arte Marcial se basaba en los Katas, como nos relata Shinken Gima cuando ingresó en la Escuela Normal de Okinawa en 1912.
“Mi profesor de Karate en la Escuela Normal fue el maestro Kentsu Yabu. Nos enseñó Karate a partir del único Kata Naifanchi (Tekki). Lo practiqué durante 5 años”.
Posteriormente el Karate sale de Okinawa y penetra en la isla principal de Japón (Hondo). En este momento debemos tener en cuenta un nuevo periodo que abarca hasta el principio de la Segunda Guerra Mundial. Durante ese periodo el Karate se ve influenciado por el espíritu militarista de la época que lleva a una masificación muy importante en la enseñanza de este Arte Marcial. Esto, a su vez, va a marcar un nuevo giro en el enfoque de las estrategias y los estilos de enseñanza. Poco a poco se van variando las formas de entrenamiento, no sólo basándose en Kata, sino que se investigan nuevas formas que vienen influenciadas por otras Artes Marciales como el Kendo y el Jujutsu, practicándose el Yakusoku Kumite, Kihon Kumite, etc.

El conflicto bélico vino a truncar la evolución que estaba experimentando el Karate, una evolución que hubiese sido necesaria por la participación de grandes Maestros que al final de conflicto ya no se incorporaron o simplemente desaparecieron. Se fue abandonando el campo para el resurgimiento del fenómeno de la competición institucionalizada. A partir de la Segunda Guerra Mundial es cuando, como nos dice Nagamine, surgen, debido a una serie de circunstancias derivadas del conflicto como, entre otras, el interés de los oficiales y soldados norteamericanos por los deportes de combate tradicionales del Japón, lo que este Maestro denomina “instructores instantáneos”.

Vamos a situarnos en 1922 cuando el Maestro Gichin Funakoshi se establece en Japón después de haber realizado sendas demostraciones, la primera en 1916 en el Butoku-den de Kyoto y posteriormente en Ochanomizu (Tokio) con motivo del Festival de Educación Física y por invitación del Maestro Jigoro Kano el 17 de Mayo de 1921 en el Kodokan. En 1924 se forma el primer Club Universitario en la Universidad de Keio.

En 1936 se construye, (se inaugura en 1938) el primer dojo del Maestro Funakoshi, en el barrio de Mijuroko en Tokio, denominándose Shotokan, palabra compuesta por “Shoto“, pseudónimo que el Maestro había usado en su juventud para firmar los poemas chinos que escribía. Esa palabra en japonés significa literalmente ruido que hace el viento cuando pasa entre las ascículas (“hojas”) del pino y “Kan” que significa casa, sitio de reunión, etc.

Ese mismo año una asamblea de maestros en Naja (Okinawa) confirma la denominación del Arte Marcial como Karate-do (nombre que Gichin Funakoshi acuñó y oficializó para la primera edición de Karate-do Kyohan, 1935).

El Maestro Funakoshi había fundado la Asociación Shotokai cuyo nombre estaba compuesto de “Shoto“, pseudónimo anteriormente mencionado y “Kai” que significa grupo, reunión, etc. En esta asociación estaban encuadrados todos los practicantes que entrenaban en el Shotokan. Anteriormente a la Segunda Guerra Mundial, estos karatekas constituían el 90% de la totalidad de los practicantes en activo en Japón.

El Maestro Funakoshi debido a su edad – tengamos en cuenta que contaba ya con 69 años cuando se inauguró el dojo Shotokan – y ante el creciente número de practicantes no podía atender sus clases y todos los cursos que se programaban. Era por esta razón que sus alumnos del dojo Shotokan, dirigidos por su hijo Yoshitaka (Gigo) y otros alumnos como Shigeru Egami, Genshin Hironishi, Y. Hayashi, Hironori Ohtsuka impartían las clases bajo la supervisión del Maestro.
Ohtsuka influido por su conocimiento del Jujutsu y del sable japonés se decantó por la práctica del combate y en el dojo del Maestro Funakoshi se iban desarrollando varios Yakusoku Kumite o ejercicios convencionales de combate. Ohtsuka fue avanzando en la elaboración del entrenamiento de Karate con espacios y ejercicios de combate libre, importando modelos, bien del Kendo, o bien del boxeo. Terminó separándose del Maestro Funakoshi, en el año 1940, quien lo criticó de forma muy expresiva diciendo:

“Él modificó lo esencial del Karate trayendo demasiados elementos del Jujutsu”.
A partir de entonces nace el estilo Wado Ryu (Camino de la Paz).

En el dojo Shotokan (Sede Central de la Nihon Shotokai), hoy en día se sigue practicando un estilo sólido sin grandes fisuras, pero sin tener como base el Kumite. Se practica modelando el estilo del Maestro hacia un concepto más fluido, más elástico, más sacrificado, intentando siempre la búsqueda del límite de la acción, adoptando posiciones bajas, ataques largos y encadenados y de gran radio de acción. Esta evolución exigía que cada ataque, cada defensa y cada posición se extendieran al máximo, exagerándolas al límite, con el fin de acumular la mayor cantidad de fuerza posible, pero siempre sin un fin competitivo, por lo que el Kumite estaba desechado de antemano.

El Maestro Funakoshi aprobaba sin reservas las iniciativas de su hijo, por lo que la evolución del estilo practicado en el Shotokan no supuso jamás un menoscabo para la unidad de sus Maestros y practicantes, como comenta en su libro “Karate-do, Mi Camino” cuando dice:

“Aunque como dije, no me resentía mi edad, me di cuenta que no podía abarcar todas las tareas que se estaban acumulando. No sólo tenía que atender el dojo, sino también las universidades de Tokio que formaban nuevos grupos de Karate en sus departamentos de Educación Física y necesitaban instructores. Era demasiado para un solo hombre supervisar el dojo y trasladarse de universidad en universidad, así que designé a los alumnos más avanzados para que dieran clases en sus propias universidades en mi lugar. Al mismo tiempo tomé a uno de mis hijos como asistente, delegando en él la tarea de llevar el dojo, mientras yo supervisaba las clases allí y en las universidades”

En 1949, un alumno y amigo del Maestro Funakoshi, Isao Obata funda la Asociación Japonesa de Karate (Kyokai), nombrando al Maestro Funakoshi su instructor jefe. En ese momento el Maestro ostentaba los cargos de director del Dojo Shotokan y del grupo Shotokai, además del nuevo cargo como instructor jefe de la Kyokai, cargo honorífico.

Todavía en vida del Maestro Funakoshi se empieza a producir discrepancias entre la Asociación Japonesa de Karate (Kyokai) y el grupo Shotokai que se mantenían larvadas por respeto al Maestro. Estas diferencias se referían no sólo a las técnicas empleadas sino también a la forma de enfocar el Arte Marcial, ya que la Kyokai empieza a desarrollar en 1950 las reglas de la competición y en 1951 se empieza a practicar el Kumite libre, práctica a la que se oponía el Maestro, quien era partidario del entrenamiento de Kata, técnicas por pareja (Yakusoku Kumite, Kihon Kumite, …) pero jamás del Kumite libre. Esta práctica del Kumite libre por parte de la Kyokai se realizó con vistas a, en un futuro no muy lejano, inculcar al Karate un espíritu competitivo, como ocurriría pocos meses después de la muerte del Maestro Funakoshi.

Personalmente creo que cuando se crea la Kyokai es cuando se produce lo que Henry Pleé denomina “síndrome de grupo” que se puede definir como: “el grupo, asociación, federación, etc… siempre estancos que forman una serie de alumnos, en el cual constituyen una jerarquía”. Henry Pleé condiciona la aparición de estos grupos a la muerte del Maestro, pero en este caso se produjo en vida del Maestro Funakoshi y, como antes hemos mencionado, de una forma soterrada por discrepancias en las formas de entrenamiento, pero que por respeto al Maestro todavía vivo no emergió hasta el mismo día de su muerte.

La prueba fehaciente es que para mantener el vínculo de respeto hacia su Maestro, éste es nombrado con carácter simbólico “Instructor Jefe”, aunque ya se ha producido técnicamente la separación de dos grupos bien diferenciados a saber:

El grupo de practicantes que entrenaban en el Shotokan y que formaban la Asociación Shotokai, fundada por el Maestro con una forma de entrenamiento antes descrita, aprobada y supervisada por el Maestro Funakoshi.

El grupo de alumnos pertenecientes a la Asociación Japonesa de Karate (Kyokai) donde se empieza a dar prioridad al Kumite libre y con las miras puestas en la competición deportiva.

El día 26 de abril de 1957 falleció el Maestro Gichin Funakoshi, a la edad de 89 años y se produjo la ruptura definitiva, ya que se anunció que la Asociación Japonesa de Karate no asistiría a los funerales si ésta no era la organizadora de los mismos. Se llamó a una reunión general para tratar el tema e intentar encontrar una solución al problema suscitado.

La declaración de la Kyokai sorprendió desagradablemente a todos, ya que su actitud era impensable y más teniendo en cuenta las palabras de Giei, primogénito del difunto, quien reiteraba lo siguiente:

“El entierro de mi padre correrá a cargo de Shotokai, porque él no tenía otro cargo que el de director del gimnasio Shoto-kan y el de la asociación Shotokai. Ahora que el gimnasio desapareció incendiado, es lógico que su entierro se realice a cargo de la escuela”.

En aquellos tiempos la Kyokai agrupaba las principales universidades que contaban con una larga historia de actividades de karate como Keio, Takushoku y Hosei mientras que las universidades Chuo, Noko, Seijo, Gakushin y Senshu eran fieles a la Shotokai con total apoyo a la organización del entierro por la última.

Respecto a la Universidad de Waseda se mantuvo en un plano intermedio, ya que por una parte el director del departamento de coordinación de deportes señor Ohama fue el encargado de coordinar los funerales debido a la gran amistad que le unía al Maestro Funakoshi, y por ello no podía ignorar la misión encomendada a su director y por otra apoyaba la reconsideración de la Kyokai. Por este motivo estaba presente en la reunión pero apenas se manifestaba sobre el tema.

Bajo este ambiente complejo y de crispación comenzó la reunión en la que estaban convocados unos cincuenta karatekas. La Kyokai se mantenía desde el principio inflexible: “Si los funerales no se realizan a cargo de la Kyokai, ésta no asistirá…”.

Los representantes de Takushoku, Keio y Hosei se habían despedido llevándose las banderas de sus clubes, depositadas para el velatorio. Alegaron que las necesitarían para unos actos universitarios al día siguiente.

Tras largas horas de discusión, se llegó a la conclusión, que la asistencia o no a los funerales sería decisión personal. La única razón aportada por la Kyokai consistía en el hecho que el Maestro Funakoshi, además de ser presidente de la Shotokai, ocupaba el cargo de máximo consejero técnico de la Kyokai.

Después de todo aquello pasó lo que tenía que pasar, la separación de las dos tendencias que desde tiempo atrás venía desarrollándose de forma larvada y que con la muerte del Maestro se hizo realidad. El Maestro Hironishi nos explica en la conversación que tuvo en diciembre de ese mismo año con el Maestro Nakayama, escrita en un artículo por él mismo:

Nakayama: “Hazte miembro de la Kyokai. Déjate de argucias y ahora hazte miembro de nosotros”.

Hironishi: “Antes de invitarme a ingresar en la Kyokai, debes hacer dos cosas: Ir a casa de los Funakoshi y pedirles perdón ¿Cómo puedo ingresar en la asociación que boicoteó los funerales del maestro?, y además debéis reconocer el Taikyoku como oficial. Si cumples estos dos compromisos, lo pensaré”.

Nakayama: “Pues puede que tengas razón. Pero ahora no discutamos. Afíliate a la Kyokai y después impón tus razones”.

Hironishi comenta: (La Kyokai, en el momento de esta conversación, ya reconocía que el Kata Taikyoku fue elaborado por el maestro Funakoshi. Pero seguía sin practicarlo, cosa que yo no entendía).

Hironishi: “Mira Nakayama, somos técnicos de Karate. Hemos entrenado juntos y compartido duros momentos. Espero que me entiendas. Tú tienes alumnos y si la gente les dice a ellos: – Sois de la asociación que ha boicoteado el entierro del maestro Funakoshi!, te duele esto, ¿no? Vete a casa de los Funakoshi y pídeles perdón. Es un puro formalismo, ya lo sé, pero hay que cumplirlo”.
Esa fue la última vez que vi al señor Nakayama

El mismo año en que fallece el Maestro Funakoshi tienen lugar los primeros campeonatos japoneses de Karate. A estos campeonatos fue siempre contrario el Maestro, igual que la diferenciación de escuelas como comenta en su libro “Karate-do, Mi camino”, escrito en 1956, un año antes de su muerte.

“No hay lugar en el Karate contemporáneo para escuelas diferentes. Sé que algunos instructores se arrogan el derecho de denominarse fundadores de ‘escuelas’. Yo mismo he oído referirse a escuelas tales como Shotokan, pero me opongo firmemente a este intento de diferenciación”.

A partir de entonces surge la denominación de Shotokan como escuela, proclamándose poseedora de las técnicas practicadas por el Maestro Funakoshi y con una vinculación total a la práctica del Ju-Kumite, introduciendo la competición en el Karate.

Por otro lado toma cuerpo Shotokai como “escuela” con el nombre que fue de la Asociación Shotokai fundada por el Maestro Funakoshi. Esta escuela está desde un inicio dirigida por el Maestro Shigeru Egami, Instructor del Ejército Japonés y del Servicio de Inteligencia durante el conflicto bélico y uno de los mejores técnicos del momento, quien continúa con la idea inicial del Maestro Funakoshi totalmente contrario a la competición y practicando una técnica cuya evolución fue supervisada con anterioridad, día a día por el mismo Maestro Funakoshi.

Como resumen de este artículo, donde hemos hecho un pequeño recorrido a la evolución del Karate, podemos afirmar con absoluta seguridad la incorrecta aplicación del nombre “Shotokan” para denominar una escuela cuyo nombre debería haber sido el de “Kyokai”. Hoy en día en Japón no existe la palabra Shotokan para denominar un estilo, de hecho siempre se habla de la Nihon Karate Kyokai, nunca de Shotokan. Su forma de entrenar, tan respetable como la que más, nunca se puede autoproclamar como heredera de la practicada por el Maestro Funakoshi por el simple hecho de haberse denominado con el mismo nombre que el dojo del Maestro.

(*) Antonio García Martínez es uno de los primeros practicantes de karate Shotokai en España y un gran estudioso sobre la historia y técnica del Karate.

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